Hace mucho calor que abrir las ventanas parece una invitación para que la masa de aire caliente se cuele en el departamento.
Quisiera seguir bebiendo aunque sé que no me voy a emborrachar; quisiera cenar algo aunque no tengo hambre.
En las últimas siete noches he tenido sueños con pretensiones de Epifanía, al parecer la meditación está haciendo de las suyas en mi subconsciente, es como si hubiese tomado jugo verde con ciruela y un shot de Harpic, a través de una serie de sueños delicadamente relacionados entre sí, ha salido casi toda la mierda, el elemento en común ha sido, despertarme a las 3 am, sin sobresaltos. Simplemente he abierto los ojos a esa hora para percibir que en el departamento de arriba alguien está moviendo una silla, o aún calza tacones.
Espero que este laxante onírico ya haya concluido su labor.
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