Jamaica 69

Anoche tenía pensado ir de farra con un amigo, justo cuando iba por el centro histórico observé un cartel afuera de un bar, me dió un vuelco el corazòn: JAMAICA 69 EN VIVO!

Por si no los ubicas muy bien, Jamaica 69 es una banda de ska/reggae de Matehuala, son muy reconocidos en el mundillo del ska a nivel nacional, pues retoman ritmos clásicos del ska jamaicano de la vieja escuela, con temas festivos y románticos. 

sin pensarlo entré al bar, no ví ningún rostro conocido, solo gente nueva, recordé los ultimos tokines a los que fuí, cuando empezaba la universidad. Como dicen las abuelas ¡La vida da muchas vueltas!, de nuevo estaba yo ahí, en ese bar lleno de adolescentes deseosos de fiesta, vestidos con ropa oscura, compartiendo la caguama y el consabido cigarro, soñadores, deseosos de bailar y cambiar al mundo.

No podían faltar los nombres de batalla, la personalidad propia que es negada en favor de una colectividad, ya sabes, el tanke, el perro, el manitas, esos apodos que esconden un significado pueril y reivindicador a la vez, no pude evitar pensar en Färuk/Tepeyololtli...

A la medianoche por fin empezaron a tocar, siguen siendo muy buenos, todos los presentes cantamos cada una de las canciones (como te puedes imaginar, era el típico bar con grafittis en las paredes y luces fosforescentes), 

 

me sentí de 17 años otra vez,al igual que los demás, repartiendo fanzines, bailando en el slam, queriendo cambiar al mundo, no es que esté decepcionado de la vida, es que quizá ahora encuentro mucho más práctico - aunque no más sencillo - efectuar esos cambios, esa tan necesaria revolución en mí mismo. la última vez que fuí a un tokin  tenía un teléfono celular que apenas enviaba mensajes SMS y era feliz a pesar de no tener  una tarjeta bancaria ¿hasta que punto se puede ser parte del perverso sistema capitalista sin renunciar a la propia identidad? pues no es tan sencillo el dilema o tal vez sí, pero cuando eres joven y vives bajo el cómodo cobijo paternal, no es muy fácil reflexionar sobre esto. Pero, mi satisfacción, si es que puede existir algo así, es que jamás aparenté creer en algo, hoy en día, ya no visto de esa manera, no uso parches,  pero acaso soy - me parece - la evolución natural de lo que fuí, esas ideas y convicciones no se fueron, no pasaron de moda, tan solo evolucionaron con el tiempo.

Claro, estas divagaciones no tuvieron lugar anoche, en realidad me la pasé muy bien, al final me encontré a un viejo amigo, y es que para quienes vivimos el apogeo de aquellas banda ese tokin era imperdible, charlamos sobre los viejos tiempos, sobre el presente, sobre el futuro que llegó sin avisar. A las dos de la mañana se terminó todo, me dirigí al antro a encontrarme con otro amigo, con la confirmada sospecha de que  por mucho Baby one more time que yo pudiese escuchar, musicalmente hablando el ska es el gran amor de mi vida.