Sin darme cuenta, el recuerdo que guardé de la primera vez que te vi se ha desvanecido. Como una fotografía que pierde su color con el tiempo, así se ha ido el sentimiento, la nostalgia y la emoción.
16 de junio de 2004, yo a punto de la taquicardia, creo que es cierto que renacemos una y otra vez sin darnos cuenta, a un lustro de distancia veo que somos tan distintos. En esta selección natural, ya solo somos un buen recuerdo.
Tras cinco veranos, hoy solo reencuentro el anhelo de crecer.El recuerdo de aquella noche, y los recuerdos de las siguientes noches en que un momento feliz te trajo a mi memoria, ahora se compactan para dar lugar a nuevos momentos. Ayer, hoy y siempre representas el mejor comienzo, justo hoy, me permito adorarte en la distancia y aceptar que esos días no volverán. No volveré a tener quince años.
Quizá te vuelva a ver en algún bar, y me emocionaré al ver que el tiempo siempre ha sido tu aliado.
Gracia eterna por cultivar la esperanza en mi desierto.
1 comentario:
Es curioso desear bien a algo que aparentemente nos ha hecho mucho daño... Pero bueno, de eso se trata, no?
Buenas lunas
Publicar un comentario