domingo, mayo 10, 2009

La Rueda Que Gira ºº Samsara ºº

Otra de mis obsesiones ha sido encontrar la tumba de alguien que haya muerto el día en que yo nací.
Es evidente que cada día nacen y mueren miles de personas en todo el mundo, sin embargo, en lo personal a mi me parece bastante interesante poder estar físicamente enfrente del lugar donde descansa el cuerpo de alguien que dejó de vivir justo cuando yo nací, suena bastante superficial, pero no es así. Si lo analizamos, es posible (sumergiéndonos en la ley de causa-efecto y el renacimiento) que nuestro cuerpo físico sea habitado por la esencia de la persona que murió en el momento de nuestro nacimiento. Es una metáfora, una paradoja, y quizá una verdad desconcertante: el mismo día yo nazco y tú mueres, yo empiezo y tú terminas, yo llego y tú te vas de este mundo.
imagínense, la alegría que causo su nacimiento, pero a la vez, quizá en la misma colonia, alguien lloraba desconsoladamente por la pérdida de un ser querido, ese ser querido que quizá seas tu reencarnado!! (renacido, mas bien)
la idea de este post no es atender estas disertaciones a profundidad, siendo más mundanos, el punto es que hoy visite el cementerio municipal del Saucito, me gusta mucho caminar por los callejones solitarios, descubrir las historias que hay en cada tumba.

Los cementerios me dan una grata sensación de paz, me recuerdan que soy un simple mortal, me traen recuerdos, en cierto modo visitar un cementerio me ayuda a conectarme con la vida. El caso es que hoy estuve recorriendo durante una hora diversas áreas del cementerio, concretamente las mas antiguas, donde había menos visitantes y no tuve éxito en mi búsqueda, así que fui a la oficina y pregunté sobre las inhumaciones que tuvieron lugar el día 16 de septiembre de 1988 (yo nací el 15, pero como sabemos, debido al funeral lo más habitual es sepultar a las personas al día siguiente de su fallecimiento).
Ese día, que curiosamente fue un día de dicha y armonía para mi familia, hubo 6 entierros, 4 de hombres ya mayores (entre 30 y 60 años) y dos niños, uno de dos años y el otro tan solo tenia 2 días de haber nacido cuando falleció.
Me preguntaron que a quien buscaba y solo atiné a señalar el primer nombre de la lista: era un señor de 40 años, el encargado me apuntó en un papel la ubicación de la tumba, en realidad solo escribió el número de ladrillo y la sección del panteón, pero encontrar una tumba no es tan simple.

El caso es que fui hasta el final del cementerio y no encontré la tumba del señor Tomás Castillo. Ya era tarde, así que decidí irme, caminé lentamente entre las tumbas, sintiendo el viento caliente y el polvo golpeándome en la cara.
Pasé por algunas tumbas de niños que habían fallecido en agosto de 1988, noviembre de 1988, cuando al final de la sección, encontré la tumba de un niño que falleció el 15 DE SEPTIEMBRE DE 1988, el día en que yo nací.

No era la tumba que yo buscaba, pero me pareció todavía más triste: era solo un niño de dos años y tres meses de edad, es decir que ahora tendría 22 años, quien sabe, quizá hasta podría ser un compañero de borrachera. Se me ocurre por un momento que quizá yo pueda ser ese niño, que morí aquel jueves en la madrugada y algunas horas después mi espíritu entro en el cuerpo de un recién nacido que fue llamado Carlos, entonces, no soy Carlos, sino José Manuel.

Alegría y tristeza, vida y muerte, principio y fin, todo en el mismo día. "Yo nací cuando tú te fuiste" fue lo primero que dije.
Estuve un rato frente a esa tumba olvidada, que tenía un ramo de flores marchito y amarillento, pensando en que quizá no he aprovechado la vida lo suficiente, probablemente he desperdiciado mucho tiempo en tonterías, he malgastado brutalmente mi energía en idioteces sin sentido y una estúpida filosofía autodestructiva. Pero el estar de modo tangible ante alguien que abandono este mundo material el mismo día en que yo llegué a esta jungla, me hace valorar y entender todo eso, haré justicia y honor al ya lejano jueves 15 de septiembre de 1988, con un renacimiento. Un nuevo comienzo que ayude a limpiar mi kharma, a balancear el yin-yan desbalanceado del universo. Lo he postergado durante mucho tiempo, pero esta vez creo que en cierto modo estoy en deuda con esas personas que se fueron cuando yo llegué. La enseñanza budista dice que por lo menos deben pasar 49 días para que la conciencia renazca en un cuerpo físico, sin embargo, considero que existe una conexión más concreta entre los que nacen y los que mueren el mismo día pues de cierta manera, el morir es nacer, y el nacer es morir.

3 comentarios:

Alejandro Ruiz dijo...

TSSsss... que buena introspección mano, gracias por compartirla, ya te agregué a mis links que recomiendo, andará por aqui a menudo, hay varias cositas interesantes.

Luego date una escapada por mi blog de música, igual y encuentras algo que te agrade.

http://thesoundofsingingears.blogspot.com/

Un saludo hasta San Luis y a ver cuando invitas un Zacahui

Alejandro Ruiz dijo...

Por cierto, nacimos el mismo dia sólo que yo en el 84

Carlos dijo...

Gracias por tu visita! tu blog 1es genial, tienes material muy interesante

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