El silencio es el polvo danzante que se posa sobre la verdad.
Y al igual que se esfumaron las palabras, ya también se me ha extinto el silencio.
La erosión intangible resquebraja la montaña.
Es peligroso levitar, pero no menos que la quietud sepulcral.
Un incienso sin fragancia, inagotable, infinito en su tedio vomitivo.
Difícil explicar como es que la casa está llena de vacío.
Nunca he temido al ocaso.
Caminaré hacia él.
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