Limpié el departamento, saqué la basura, acomodé todo en su lugar, estuve en zazen 20 minutos.
Continué limpiando, hice de comer Chop Suey y pasta, lo cual me tomó menos de una hora. Después de eso salí a caminar, a tomar un poco de aire pues el cloro y el limpiador con aroma a lavanda habían saturado mis pulmones.
En la calle me dediqué a observar el atardecer, la gente pasar, sin prisa. La situación actual no parece muy alentadora, pero no es que esto sea el fin del mundo, por el contrario, he dado los primeros pasos hacía una nueva realidad.
Este ha sido un gran año, lleno de desafíos y decisiones importantes, quizá la decisión más importante de hoy fue no permitir que hirviera la sangre por algo que no lo amerita, no preocuparse por algo que no está en mis manos, y salir a tomar aire. Contemplar el ocaso.
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| Desde luego, el Ocaso es más lindo en persona. |
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