20 de agosto de 2013, 12:17 a.m.

Oficialmente es un nuevo día, con planes, esperanzas, desconciertos. Hace unas horas me enteré que un amigo falleció hace dos semanas, lo cierto es que no sé muy bien como me siento, él compartió conmigo su proceso de crecimiento, lo habitual cuando alguien muere es proclamarlo casí un santo, en el caso de mi querido René lo que más me llevó a admirarlo es que el no fue un santo. Por el contrario, el fue un ser humano con algunos aciertos y errores, estando en lo más profundo del sufrimiento y la desesperación apostó lo poco que tenía para salir de ahí. Con él platiqué largas horas sobre el transcurso de los mejores días, que se convierten en los mejores años, teniendo como única motivación construir lo presente, viviendo sólo estás 24 horas. Mi inspiración -y mi historia- no es de santos ni iluminados, lo recordaré siempre.