Ya tengo 24 años

El pasado fin de semana cumplí 24 años, a pesar de que soy bastante bueno para recordar fechas y aniversarios los cumpleaños no me parecen eventos de particular relevancia. Sin embargo este año decidí pasar mi cumpleaños en un sitio de retiros en el estado de Morelos, sin telefonía, sin televisión ni internet, vaya, que durante cuatro días ninguno de los que estabámos ahí podíamos hablar ni comunicarnos, pero esto no quiere decir que sea algo aburrido, por el contrario, estar ese tiempo sin oir el caos cotidiano -que también tiene su encanto- fue una muy buena experiencia.

Contrario a lo que pudiera parecer el asunto de estos retiros no consiste en tirarse bajo el sol y poner la mente en blanco, por el contrario, ese aislamiento real es lo que permite que uno pueda hechar un vistazo a todo lo que trae en mente dejando de lado por supuesto cuestiones como trabajo o vida cotidiana. En esta ocasión había un par de cuestiones que me llamaban particularmente la atención, afortunadamente puedo decir que tras el caos me ha sido posible recuperar la calma y sobretodo tener líneas de acción claras.

Estas divagaciones sólo llegan a su cúspide al notar nuevamente la transitoriedad de las cosas, por ahora solo sé que a mis 24 me siento estupendo.