Yo recibí tus palabras,
yo escuché tu decadencia,
yo llegué a creer que todo era posible.
permiteme escuchar y dejar que el silencio inunde el pasillo,
que los perros ladren y nos arranquen hasta la última falange,
que el presente nos llame por nuestro nombre hasta reventarnos los tímpanos.
Estaré en el portal de tus lamentos,
quiero demostrarte que nada es importante,
yo tuve una historia, que no es más que un mantra insoluto.
ya no tengo palabras, pero tengo silencios igual de buenos.
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