Lamento no haber cumplido tus expectativas y no haber podido educarte.
Me apena saber que mis palabras nunca fueron las adecuadas.
Encuentro muy abrumante saber que es un gran pesar para ti saber que
no eres parte de mi vida, que cuando mucho, eres un recuerdo fugaz y algunas llamadas perdidas.
Espero que algún puedas superarlo, no sé porque, pero me acorde de ti.
Claro, si esto tuviera dedicatoria, debe repartirse en partes iguales, llamar al notario y pedir lo que a cada quien corresponda.
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