Diez años sin ti

La noche de ayer, fue igual de poética que la misma noche de hace diez años, y yo aquella vez pensé que nada volvería a ser lo mismo sin ti. Debo decirlo,  desde entonces no ha pasado un solo día en que no piense en ti, la simple idea de acercarme aunque fuera una milésima de eternidad a ser lo que tu eras siempre me ha dado esperanzas.
Hace diez años, tu ausencia nos tomó por sorpresa a todos, sin anticiparlo siquiera, aquella noche dijiste adiós y ese fue el fin de la historia. La gran pregunta en ese instante fue si alguna vez habría noticias tuyas, en realidad poco supimos de ti, tu voz siempre fue un eco que se confundía con la brisa que en la noche acaricia las ramas de los arboles en el bosque.
Esa misma poesía triste, fue cantada por el viento anoche, diez años después, la lluvia cae mientras yo duermo en una terraza, los truenos apenas y lograron acallar lo estruendoso del silencio, ese vacío que del estomago se expande por todo el torrente sanguíneo. Hace diez años nadie sabía hacía donde te fuiste,y desde ayer, yo no sé hacía donde me dirijo.
Apenas puedo creer como la maquinaria del tiempo es tan precisa, a la vuelta de una década, la sensación es casi la misma, y antes de reunirme con la soledad en su máximo esplendor nuevamente, ocurrieron tantas cosas, que me resulta difícil siquiera nombrarlas.

En realidad, creo que todo tiene que ver contigo, con pensar en ti, con obligar a tu recuerdo a permanecer con vida, por el simple hecho de seguir tus buenos pasos y tomar el atajo equivocado, cada ascenso y caída, llevan tu nombre impreso en un código de barras.

Diez años sin ti, diez veces la misma poesía, miles de veces se ha repetido la misma mañana y miles de veces la misma noche,  la lluvia inundando la terraza, promete algo diferente.