miércoles, octubre 28, 2009

Visita Necrófila

Fui al panteón a verte, mejor dicho, a ver tu tumba. Creo que eres un buen abono, el árbol que esta junto a tu tumba ha crecido mucho, y el césped hasta se parece al pasto del windows xp.

El tiempo transcurre muy lento, me pregunto cómo serás ahora, quizá te has vuelto polvo, cómo tus recuerdos en mi mente, los monumentos ya no parecen tan grandes, o quizá yo no era tan grande en ese entonces.

Después del Panteón, fui a tu casa, donde ya nadie me recuerda, había un enorme altar de muertos, supongo que en tu honor, fingí ser un turista en el barrio para ver el altar, pregunté alguna tontería para poder estar un momento màs. El altar no tenía incienso, pero pude percibir tu perfume otra vez.

Los coches, la florería de la esquina, la casa abandonada que amenaza con derrumbarse, eso no ha cambiado: Pero los niños ya no son niños, tu ya no estás, yo ya no soy. El aire se impregnó de un olor a copal, creí que habías vuelto a decirme algo importante, pero no, era el anafre de la señora de los elotes.

Volví al cementerio, para despedirme, me tiré en el pasto, abracé un árbol. Durante un momento me detuve a pensar en ti. Respiré hondo, mi primer logro te pertenece, mi primer caída es de tu autoría, ahora empiezo a pensar que quizá mi presente también lo has decidido tú, desde la tumba.

Sin embargo, mereces parte de la recompensa, negarte es negarme a mi mismo. Por eso el día de hoy, te recordé durante un segundo, honor a quien honor merece, lo que haya sido, ya no existe. Después de ti. Después de mi. Nada es para siempre.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy chida tu carta me gusto mucho!!

Carlos dijo...

Gracias, espero que visites este blog más seguido.

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