Este blog jamás debe considerarse como un referente clínico, por lo tanto, esto es algo así como una absurda descripción de lo absurda que puede ser la realidad de algunas personas (si, claro, todo esto me lo contó un amigo, ¿entendido?).
Sucede que en la vida real a algunas personas les ocurre una situación que ocurre, por mencionar un ejemplo, con las compras hechas a través de Mercado Libre, y esto es, una enorme decepción, que deriva de una conjunción extraña de publicidad exagerada y un criterio de compra demasiado entusiasta y poco objetivo.
Sucede que en la vida real a algunas personas les ocurre una situación que ocurre, por mencionar un ejemplo, con las compras hechas a través de Mercado Libre, y esto es, una enorme decepción, que deriva de una conjunción extraña de publicidad exagerada y un criterio de compra demasiado entusiasta y poco objetivo.
En la vida "real" (si es que existe algo que pueda llamarse así en estos días), ocurre algo similar. Dos personas se conocen y una de ellas se convierte en algo así cómo un reloj, un par de tenis, una chamarra espectacular que está en subasta en MercadoLibre, y se vuelve un objeto codiciado para la otra persona. Entonces, en tan sólo unos segundos, en la primera impresión, la persona "articulo" despliega todas sus cualidades, mientras que la persona "comprador" jura que ha encontrado lo que siempre había querido tener, en este punto, sería capaz de matar a su familia o de secuestrar un avión con tal de tener en sus manos al tan deseado, perfecto, anhelado y aparentemente inalcanzable "articulo".
Creo que a todos nos ha pasado, que nos parece injusto que la mejor cámara digital se venda en una cantidad casi simbólica y que no hayamos podido ofrecer un peso más en la subasta.
Sin embargo la persona que "compra", se deshace en halagos hacía el "articulo", hasta que por fin lo consigue, espera entonces con ansias a que llegue el camión de mensajería, cuando recibe el articulo, va corriendo a su habitación, abre con cuidado la caja, observa el tan codiciado articulo, lo saca del empaque, lo observa, dice "esta chido". Enseguida lo guarda en el armario y nunca, jamas, lo saca de ahi.
Ese es el triste destino del "articulo" que inicialmente había sido objeto de un deseo y de una codicia descomunales. Permanecerá en el olvido. Es curioso pero entre los miserables seres humanos pasa algo parecido, hay personas que anhelan a quién tienen lejos y con quién quizás nunca podrán estar, pero si se da el caso de que esa persona "inalcanzable" se acerca, les demuestra interés, entonces ocurre un efecto extraño: ¡¡¡Huyen!!!. Así es, es curioso pero así ocurre, hay quién podría dar su su vida por estar con alguien, y cuando lo consigue pierde todo el interés. Sin previo aviso, en una milésima de segundo.
Para este síndrome supongo que no hay remedio, ¿quizá evitar la publicidad subliminal?, ¿tal vez lo mejor sea buscar en defectos en vez de exagerar las virtudes?. pues mientras se resuelven tan estúpidas cuestiones, la única recomendación válida supongo es la de subastar sólo objetos inanimados.

¿No sería un insulto saber que alguién te ganó estos tenis en una subasta y jamàs los ha usado?
1 comentario:
It happen again buddy, maybe you're the problem...
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