Bien lo decían los antiguos monjes, hasta San Francisco de Asís (si, ése que hablaba con los pajaritos) lo que más necesita el hombre es saber lo que no puede cambiar y la fortaleza para cambiar lo que si puede, pero principalmente sabiduría para distinguir una cosa de la otra.
¡vaya que estaban en lo cierto!.
En ocasiones uno recibe señales pero inmediatamente después viene el mensaje opuesto y se vuelve un juego, una adivinanza sin respuesta clara y ¡qué mal se siente!. Tan fácil que sería decir las cosas así como son y punto, sin tanto misterio ni claves ocultas, total nada se perdería, por que nada se tiene todavía.
Algo similar sucede con los juegos del ego y esas mamadas, ¿cómo saber si es deseo, obsesión, calentura o nomás pura pendejada , causada por la necesidad de sentirse apreciado? el caso es que todo esto puede ser demasiado arriesgado , y uno se pone en camino de ser un simple alter ego en vez del complemento de alguien.
tomaré una frase muy mía: !A la Mierda! y no es caer en el típico egocentrismo, pero tal vez no vale la pena convertirse en un personaje para ser aprobado, justamente, la aprobación y la compatibilidad deben surgir de esas diferencias, no de la búsqueda absurda de coincidir en todo.
He dicho.
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